viernes, 4 de diciembre de 2009

-la revolución de los locos-

Cientos de expresiones enajenadas Giran en torno a la mía, También ajena, Emitiendo silencios chillones Que se cuelan en mi oído Descodificando el morse de mi tímpano Y velando por completo mis sentidos. Tullida ante figuras de terror y tierra, Sigo mirando a mi zurda y ami diestra, A mi siniestra… Chocando contra metáforas de personas Que ambicionan ser normales. Ignorando lo que son: psicópatas consustanciales… Ojos punzantes se clavan en mis pupilas. Palabras plomizas se amontonan sobre mi mochila Unos pasos firmes y sonoros van descubriendo la innata originalidad escondida… Y derepente el vagón de metro se convierte en una invasión alienígena disfrazada de mortales. Que no saben aun que dentro de ellos se esconde la revolución de los locos paranormales...

lunes, 23 de noviembre de 2009

-manantial virgen para una vigen-

Y sus sensaciones la rodean, Siendo aura de estética en estado puro… Calles decoradas con gente. Gente haciendo vida la calle, Y vida, que no quiere ser temida, Se disfraza de colores cálidos lista para ser bebida. Se convierte en deber el sorber a tragos largos Las esquinas de Madrid, Y ceder el alma al alma, Y el viento al destino. Madrid, Manantial virgen para una virgen, Busca ser descubierta , Sin descubrirse. Sin desvestirse, Pero desnuda. Regalándose a cualquier ojo indiscreto Que le sepa mirar con sensualidad Y se encuentre con el ácido de su jugo nominal. Exprimiéndola sin piedad, Ella... Sin potestad, Sin señales luminosas que le indiquen el camino. Solo dejándose llevar , Dejándose robar sentimientos Resignada Y sin aliento. Hambrienta de rarezas subjetivas De imágenes nunca antes registrados en sus pupilas De alientos sin compasión Y latidos sin sentido ni razón. Locuras Ella busca la psicosis divina que alimente su retina Su rutina… Embriagada de hipnosis y nicotina…

-sin que nadie lo sepa-

Dame un microsegundo de tu vida incesante, Para que pueda parar el sol Y mirarte eternamente sin que nadie lo sepa…

-nunca le pereneció-

Arrojaste a merced de las corrientes Todos nuestros recuerdos permeables, Intentando, Sin fe ni fuerza, Decolorar lo que siempre supimos imborrable.. Hiciste un burruño con papeles entintados Que fuimos escribiendo en cuarentena de amor, Y tapiando tus ojos, Esos que ya nunca volví a ver abiertos, Lo lanzaste a lo salado del mar Para que las olas le encontrasen mejor destino. El nuestro nunca le perteneció. Fuimos tejiéndolo mecánicamente, Con la única escusa del tiempo en un calendario, Que fue uniendo y desuniendo Cada punto que zurcimos sin querer.

-la nada existencial-

Propongo jugar a la nada existencial. Sigue mis consejos. No; cumple mis órdenes tajantes a la voz de un si señor. No es una proposición, es un edicto vital. Sella tus ojos resecos con botón y ojal de la caja del infierno. Insonoriza tus oídos cautivos del eco. Amputa tus extremidades y arráncate las cuerdas bocales. Una a una. Lentamente. Sintiendo la tortura placentera que desgarra tu garganta. Abrasa tus papilas gustativas con café escaldado e ignora tu olfato también. ¿No sientes flotar en la nada del espacio y tiempo? Líbrate de las pasiones y despójate de todo cuanto has visto, oído y sentido. Deja que succione tus lágrimas salvajemente. Será como hacer el amor. Y olvida que alguna vez sonreíste. ¿Aun te duele la vida? Borra la silueta de la gente en plural, y en singular. Deshazte de la primera persona. Y olvida que fuiste animal fatal. Y ahora, una vez liberado de tu existencia, róbale sensaciones a lo infinito, y guárdalas en el tú utópico, para que cuando vuelvas a lo que fuiste antes de jugar con fuego, comiences la crónica sobre unos folios etéreos y sobrehumanos.

-mentiras propias-

De que color me pinto la cara Si ya no me creo mis fieles y déspotas convicciones? ¿Mis sensaciones? Cartón pluma al baño maría. Y mis emociones Aguarrás caduco con espuma de afeitar… ¿Alguna ves creí lo que te reprochaba, O todo se ha vuelto de patos abajo en cuestión de segundos…? De ser ciertas mis hipótesis sanguíneas, Serás siempre mi más y fiel. Si fueren falsas un nubloso futuro nos depararía…

-lamentos albinos-

Lamentos albinos Se camuflan en los grados de tu whisky sin empezar. Y el recuerdo nítido y contrastado De ese verano que dejaste a medio atar Te lapida la cabeza Anulándote el sentido y la senda.

jueves, 8 de octubre de 2009

-MELANCÓLICO CHILLÓN-

Deambulo por el vacío de un Madrid atestado Que no quiere hacerse frío, Sin nada más en los bolsillos Que un montón de recuerdos tardíos, Incesantes, Insistentes despertadores mudos Que retumban en mi cabeza cada vez que estoy a menos de un segundo de olvidarte… Nunca te quise Y sin embargo te llevaste contigo Todos los rincones de esta ciudad. Todas las grises baldosas que pisamos Mientras jugábamos al amor Se derritieron y te siguieron Cuando empaquetaste en maletas todo tu orgullo Y te fuiste cerrando despacio la puerta de atrás. Cada esquina, Cada calle, Cada fotograma de algún beso… Todos marcharon contigo Dejando sin nombre las palabras sordas de esta ciudad… Quedó pues insípida, Manchada y apática a la vez Cansada de ver corazones que creían quererse Disfrazados de ilusiones. Mentirosos y atrevidos, Vagabundos mendigantes de aventuras sin final ni freno… Todo quedó plomizo cuando se despidieron tus besos. De un melancólico chillón que desalentaba hasta al más vivo… Todos ensombrecidos… Moribundos… Confundidos… Todos menos yo… Que desde entonces camino borrando el rastro Que dejaron las baldosas fugitivas, Mientras sonrío por haberte conocido Y me divierto con la idea de verte nunca jamás…

miércoles, 23 de septiembre de 2009

-PARECÍA-

Camino sin porques. Sin punto de partida hacia el que retroceder cuando me encuentre aun mas perdida. No hay principio ni fin. No hay izquierda. Ni derecha. Ni verdad. Solo canciones vacías que engañan a mis oídos. Y los sentidos, Desorientados, Intentan enamorarse de algo en lo que ya ni siquiera creen… Y las pasiones fueron ahogando nuestros labios. Y tu piel, Que fue parte de mi piel, Se me hizo demasiado familiar Y demasiado extranjera. Me robabas besos que ya no eran tuyos. Y la calle se lleno de pantalones pitillo Que me engañaban cada mañana al despertar. Parecía que cada verso estaba hecho para ti. Que podría hacerte a mi gana y antojo Con solo pensarte antes de dormir. Que tu guitarra seria mi cuna y mi lecho. Y que solo entre sus cuerdas podría vivir eternamente… Parecía…

-PERDIDA ANTES DE HABERSE ENCONTRADO-

Y solo el hecho de pensar que te quise alguna vez, Me ha valido para escribirte cada día del año… Trescientas sesenta y cinco cartas Para trescientos sesenta y cinco reproches; Tres sorpresas en la caja de recuerdos, Seis besos malgastados, Y cinco siempres que se perdieron el lo infinito del nunca… Fuimos felices alguna vez. A ciegas. A ratos. A tiempo completo cada vez que tocaban nuestras manos… A tres metros sobre el cielo… Fuimos felices resumidos en una semana de calor, En la que solo nosotros y el mar éramos necesarios para seguir respirando… Para adivinarnos e idolatrarnos Exprimiendo hasta la última gota de la magia negra que colapsaba nuestros sentidos… Pero el calor nos derritió, Y la respiración se paró por completo. Quedó solo el charco de dos mitades consumidas. Sobreexplotadas. Con la mente en blanco y exhaustos de vida… Sin nada más que añadir Solo la sombra de lo que pudimos haber sido. De lo que quisimos ser… Quizá no nos quedara más por darnos… Quizá despilfarraras ese verano todo lo que tenías para mí… Te tuve demasiado cerca sin pactarlo previamente con mi otro yo. Demasiado mío. Hice de tu aliento una parte de mí Sin pensar que fueras de carne y hueso. Sin pensar siquiera que fueras. Jugaba a ser la niña que se dejaba querer entre manchurrones de chocolate. Que tapaban sentimientos sin analizar. A la deriva. Errantes por mi sangre sin dueño ni aduanas. Y el caos se adueñó de la niña. Así se escribió la historia Y la niña, Queriendo crecer dieciocho años de una, Se lavó la cara, Y bajo el chocolate se llevo la ingenuidad camuflada Quedando pura ante el espejo. Ordenaba palabras de amor Escondidas bajo la anarquía, Mientras las lágrimas, Derramadas sin aviso, Acariciaban su piel recién lavada. Y sus ojos buscaban su imagen en el espejo, Y solo la hallaban perdida antes de haberse encontrado…

viernes, 18 de septiembre de 2009

SE ABRE EL TELÓN.

Se abre el telón. Los paraguas recién comprados decoran la ciudad añadiendo algo de color al escenario grisáceo, y las gotas de lluvia se van abriendo paso sirviendo de banda sonora a los transeúntes que se mueven con desgana. Los primeros abrigos de naftalina, el olor a hoja mojada, el sonido de los charcos y los atascos hacen los honores dando la bienvenida a un otoño que llegó por sorpresa. El precoz cambia el humor de quienes quisieran vivir en agosto toda la vida, de esos pobres ilusos que no desempolvarán sus abrigos hasta que el corte-inglés empiece ha hacer navidad. Al resto, o a mi solo en su defecto, nos trae nostalgias camufladas entre grados de menos y sentimientos que calan poco a poco con la lluvia. El frío me hace sentir aún mas viva. Me activa el cuerpo y me despierta del trance estival. Y a Madrid le arropa con lanas y le da un aire paradójicamente mas calido, más maternal… Salgo fuera. Hace frío. Me envuelvo en mi cacheta y caliento mis manos con mi aliento. Paseo par la calle jugando como una niña con el vapor que desprende mi respiración y veo a la gente pasar, despierta, renovada como después de una ducha gélida. El color de las avenidas ha cambiado. Todo esta cubierto de un tono pastel paz con pinceladas marrones de las hojas que pasarán su testigo, y es ese color el que no quiere que me meta en casa… quiere que disfrute de él hasta que no me queden fuerzas para seguir paseando. Ni siquiera me deja sentarme a escribir… me hipnotiza y me hace su esclava, su fiel esclava… y sigo caminando sonámbula por las aceras de la ciudad tratando de recordar cada detalle para poder sobrevivir al próximo verano…

sábado, 5 de septiembre de 2009

GRITA

Grita si crees que me necesitas. Grita a las agujas del reloj Y repróchales por llevarse tan lejos Nuestras noches de reencuentro. Grítale al aire. Y llórale por robarnos la pasión Que ahogaba nuestros poros empapados en sudor. Grita hasta la afonía. Hasta que los dioses se alarmen Por haber dejado enloquecer a un alma. Grítale al otoño, Que barrió con sus hojas secas Todos nuestros recuerdos caducos. Y al invierno, Que nos quitó los abrigos, toda la ropa, Y ahora andamos vagabundos sin nada que cubra nuestra piel manchada. Grítame también a mí. Hazme llorar. Y recuérdame porqué algún día dejé de quererte Sin pactarlo previamente con la luna. Pregúntale a ella cómo nos dejó escapar sin más. Sin lucha. Resignada. Pregúntale en qué momento me olvidé de tus besos, Y compra una máquina del tiempo Para que podamos volver a ese otoño en el que aun nos queríamos, Y seguir con la historia, Infinita, Inhumana, Imborrable de tus huellas, Que aun sin quererlo me recuerdan cada noche Que te quise desesperadamente.

martes, 4 de agosto de 2009

-Ciudad cimentada de nuevo sobre recuerdos escalofriantes-

Calles que saben a mucho. Piedras que huelen a dolor. Personajes caricaturescos que pasean indiferentes, Sin pensar en quien hubo derramado lagrimas sobre esos mismos pasos algún día… Un perrito con Ketchup, Una cerveza bien fría Y los ojos como platos Observando el sol que se pierde entre enormes explanadas con un solo edificio, O entre calles desmesuradas para los ojos humanos. Un silencio. Me encuentro derepente observando minuciosamente la extravagancia de los edificios, Para poder retenerlos en mi cabeza por mas tiempo. La curiosidad constantemente despierta. Los cinco sentidos fusionados en uno para poder extraer la belleza hasta de las piedras. Berlín, Ciudad cimentada de nuevo sobre recuerdos escalofriantes, Se reconstruye a si misma provocando sonrisas con sus formas imposibles, Para así olvidar que fue cuna y lecho del dolor más trágico.

domingo, 24 de mayo de 2009

-En algún helador agosto que se baña entre hojas caducas-

En algún helador agosto que se baña entre hojas caducas, Paseando por cualquier calle, a ciegas... Me enjuagará los ojos con rocío de amor, Y me curará esta opaca ceguera Para poder verle cada mañana, Cuando los primeros rayos anunciadores del alba Se cuelen por nuestra ventana. Será él la mezcla perfecta de todos los labios que me hayan malbesado, De todos los recíprocamente malgastados. Tendrá lo esencialmente necesario para vivir en este mundo de hombres hambrientos de hombres; Noventa y nueve sueños y cien ideales. Pero ha de ser condición necesaria cumplirlos todos, O al menos la mitad. Conmigo. O sin mí. Pero no enterraré a aquel que quise por soñador Con ciento noventa y nueve deseos caducados… Vivirá seguro de sí, Y de mí. Creerá, entre avatares, en el hombre y en el amor, Y compartirá la mitad de su misterio conmigo, Reservando el resto, Para él y para Dios, Solo así podré seguir queriéndole cada mañana un gramo mas, Y el reloj de arena blanca seguirá contando los granos de playa y pasión a su lado… Conocerá la forma de todas mis sonrisas, Y el enigma cromático de cada una de mis lágrimas, Solo él sabrá la cicuta que preciso en cada momento, Y entre versos, descubrirá el secreto. Y así, en algún helador agosto que se baña entre rosas caducas, Paseando por cualquier calle, a ciegas, Encontraré sin quererlo, Al hombre de mi eternidad…

jueves, 7 de mayo de 2009

(ESTOY INTETADO ESCRIBIR UNA HISTORIA UN POCO MAS LARGA DE LO QUE ACOSTUMBRO, IRÉ SUBIENDO LAS PARTES TERMINADAS, AUN NO SE EL TITULO, PERO AQUI DEJO LA PRIMERA PARTE) Un café caliente en una mano, en la otra un cuadernito demasiado usado y un cigarro a punto de consumirse. Su mano izquierda se extendía a lo largo de la taza cafeinaza dejando libre el asa. El café quemaba bastante, pero a ella le gustaba sentir el calor en su palma, que subía por el brazo muriendo antes de extenderse por todo su cuerpo. No le gustaba sentirse muerta. Estaba sentada en su sofá de cuero. Era lo que mas le gustaba de todo el apartamento. Solía tumbarse totalmente desnuda, y solo pensaba durante largo rato… sentir la fría piel curtida en la suya le hacia sentirse viva… siempre andaba haciendo esas cosas…las sensaciones de frío, calor y dolor le cercioraban de que aun tenía cuerpo. Ahora estaba en ese mismo sofá. Su espalda estaba inclinada hacia el cuaderno, y los huesos de su columna podían contarse. Estaba demasiado delgada, pero aun así era guapa. quiza fuese su extrema delgadez la que le daba la mezcla perfecta entre elegancia y caos. Detrás de la cristalera de su apartamento se encontraba Madrid, ciudad de nadie, como ella la bautizó. Dando profundas caladas a su cigarro miraba el espectáculo de luces que ofrecía la ciudad al anochecer. Miraba durante unos segundos y luego escribía algo en su cuadernito. Nunca llegue a saber que secretos guardaba en el, pero me encantaba verla escribir. Era un cuaderno caótico, con las portadas también escritas. Estaba apurado cualquier trozo de papel escribible y sujeto con una goma de pelo para que todo quedase dentro… Siempre lo llevaba consigo. El resto del apartamento era sencillo. Tenía algunas fotos enmarcadas hechas por ella misma y un tríptico de cuadros abstractos bastante originales que compró en un mercadillo de Barcelona. No era uno de esos apartamentos sobrecargados con chorraditas hasta debajo de las mesas. La pared blanca estaba en su mayoría desnuda y la mesa solo tenía un par de ceniceros y un lapicero de macarrones que su hermana le había hecho por su dieciocho cumpleaños. La sencillez le hacia sentirse cómoda. Odiaba andar por casa midiendo meticulosamente cada paso para no romper el jarrón de Sudáfrica ni manchar la alfombra de dubai. No iba con ella. En vez de eso andaba a grandes zancadas con sus pies descalzos siempre pisando el mármol. .... Era viernes. No había salido de casa en todo el día desde el desayuno. Siempre desayunaba fuera. Cerca de su barrio había varios cafés y solía alternar. Le gustaba observar a la gente mientras tomaba un café y un croasaint. La gente era algo que no dejaba de sorprenderle nunca. Se sentaba en una cafetería a conocer el mundo que le rodeaba, con la esperanza de llegar a conocerse a ella misma un poco mas, que no por completo, pues no era ese reto fácil, y no hacia mucho había desistido, aunque no para siempre. Para Marta, nada era para siempre…Nadie se conoce al cien por cien…es parte del misterio creador, pero Marta disfrutaba enriqueciéndose con la alta variedad de tipos, mas o menos cotidianos, que madrugaban por los cafés de la capital. Estaban sus preferidos, los de siempre. Esos que cada mañana salían a la calle en busca de buen café y un poco de conversación. Quizás nunca hubo cruzado palabra con ninguno de ellos, pero les conocía a la perfección, o al menos les conocía en todo lo conocible. El hábito llenaba sus vidas y les mantenía ocupados. La mayoría de ellos eran jubilados. Puede que muchos hubiesen sido verdaderos profesionales tiempo atrás, pero ahora no les quedaba mucho más que eso; un café y un par de amigotes. Estaban también los ejecutivos, esos que solo corrían y no tenían tiempo ni para leer el suplemento del periódico. Tenían todo cronometrado. Siempre llegaban y se iban a la misma hora, y si se saltaban su horario solo pedían un café para llevar. No se fijaban en nadie, aunque por lo general eran bastante educados. Solían dar los buenos días, cosa que no muchos hacen ya, y al salir deseaban una buena jornada, y eso se agradece en tiempos como estos, aun haciéndose por conservar la fachada. Los estudiantes eran más entretenidos. Solían venir en grupos. Por lo general eran jóvenes del barrio que se juntaban antes de ir a la universidad. Sus conversaciones eran de lo más interesantes. Siempre tocaban temas de actualidad y defendían todas las posturas posibles. No es cierto eso que dicen de que las juventudes de ahora no son como las de antaño, Marta era de la opinión de que los jóvenes, tradicionales, punkis o rastafaris, siempre serán iguales. La inquietud será su principal motor, querrán cambiarlo todo desde la silla de un café, las pasiones les descubrirán el mundo y siempre dos buenas bofetadas serán las responsables de abrirles los ojos. El ciclo vital es siempre el mismo, da igual cual sea la década encargada de hacerlo girar. Y así, marta llegó a contar varios trozos mas de civilización que se dejaban ver por algún café madrileño, pero de los que mas disfrutaba era de esos tipos paranormales, incalificables y descolgados, imposibles de exterminar y a la vez tan necesario en esta sociedad que vive tan deprisa. Eran, esos pocos, los que daban un toque de extravagante color a la ciudad. Una mañana un hombre de notable nariz entró al café Amelie. Marta se fijó en él primero por su nariz, grande, huesuda. Pero luego encontró algo en el que le impidió quitar la mirada de su persona. Era un hombre de natural elegancia. Uno de esos envidado por la otra clase de hombres que agotan sus tardes en el gimnasio y gastan sus sueldos en trajes con etiquetas de apellidos renombrados. Su vestimenta le resultó a la chica cuanto menos divertida. Calzaba mocasines de exquisita vejez; chinos con el dobladillo demasiado largo; camisa de hilo, de un noviembre veraniego, por fuera y teba verde en mano. El pelo acompañaba su aire despreocupado. Parecía no apreciar demasiado la labor del peine y de la maquinilla de afeitar, pero aun barbudo y despeinado resultaba atractivo. En su informalidad se hallaba su elegancia. No era un hombre estudiado, era intrínsecamente caótico y sugerente. El hombre de la gran nariz de sentó en una mesa alejada. Solitaria. Justo en el ángulo directo de Marta. Pidió un expreso con hielo y Bailys y sacó un libro de tapas duras. En él hizo bastantes anotaciones. Leía, pensaba y anotaba. Parecía analizar cada palabra escrita. La contraportada era sencilla. Azul cian. Marta intento leer el resumen. Siempre lo hacía. Le gustaba clasificar a los lectores, pero esta vez distaba demasiado de las letras, y en su intento solo consiguió ver la fotografía del escritor. No era una gran foto. Era un mediocre retrato de fotomatón. Los fotomatones nunca conseguirán hacer buenas instantáneas, principalmente porque no pueden decirte que vayas a casa, te laves la cara, bebas algo refrescante y vuelvas… Al menos había foto. Es importante conocer la cara de la persona a la que vas a leer. Si vas indagar en su interior, como mínimo debes ponerle cara. Sobre todo para ahorrarte decepciones. No todos los escritores son guapos, bohemios y de ojos azules.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Algunos también regalan sonrisas desinteresadamente…

Nada es gratis. Y tú más que nadie lo sabes. Nadie regala nada a cambio de nada. Ni siquiera una sonrisa. Ni siquiera por sonrisas… Nadie te mirará a los ojos describiendo escalofríos en tu blanca piel Si antes no acuerdas el precio. Ni siquiera el día amanecerá precioso Si tú no le das nada a cambio… Promesas que nunca se cumplirán O quizás si… Tú siempre fuiste mujer de palabra. Pero que es el honor… Quien es honor… Nadie honra si no esta previamente pactado. Honrar por honrar? Es ya cosa de tontos... Solo algunos locos se resisten a no caer en la deshonra. Solo unos pocos son los que nunca desisten… Y es que la fidelidad pasó ya a mejor vida Y si confías, Eres del género necio… No te fíes. Hasta tu caminas solo satisfaciendo deseos… Egoísta? Práctico… Cree en ti mismo para dar zancadas Cree en los demás si deseas caminar como los cangrejos… Nadie regala manzanas Y si lo hacen, asegúrate de que no sea la bruja del cuento… Pero solo hay un problema… Y es que estamos rodeados... Y no son precisamene salmones los que dehambulan por la calles. Piensas encerrarte en una caja de zaptos para siempre? No podrás sortearlos infinitamente, Estan por todas partes... Crees en ti Pero no te califiques como creyente… Creer en uno mismo es fácil, Aunque también a uno mismo se engaña… Pero arriesga para ganar… No cierres los ojos temiendo perder… Mira mas hallá de tus gafas de sol. Cree en los hombres… Algunos también regalan sonrisas desinteresadamente…

lunes, 27 de abril de 2009

(Tenía que poner esto en mi blog..estos dos poemas me han hecho amar la poesía todavía mas...gracias a Daniel Valdes.) -BAILAME L AGUA- Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto. Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor. Sácame de quicio. Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado. Hazme sufrir. Aviva las ascuas. Ponme a secar como un trapo mojado. No desates las cuerdas hasta que sea tarde. Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos. Líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Sacrifica tu aureola. Perdóname. Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora. No me arrastres. No me asustes. Vete lejos. Pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Sangra mi labio con sanguijuelas de colores. Fuma un cigarro para mí. Traga el humo. Arréglalo y que no vuelva a estropearse. Échalo fuera. Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora. Sueña retorcido. Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos. Dame la llave de tus oídos. Toca mis ojos abiertos. Nota la textura del calor. Hasta reventar. Sé yo mismo y no te arrepentirás. ¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos. Yo te enviaré a los míos. Píllate los dedos. Los lameré hasta que no sepan a miel. Hasta que no dejen de ser miel. Sal, niega todo y después vuelve. Te invito a un café. Caliente claro. Y sin azucar. Sin aliento. -PREFIERO- Prefiero morir vicioso y feliz a vivir limpio y aburrido. Prefiero encontrar una estrella en el fango a cuatro diamantes sobre un cristal. Prefiero que la estrella queme, sea fuego, a un tacto rezumante de frialdad. Prefiero besar el duro suelo veinte veces para llegar una sola vez a lo más alto a escalar poco a poco, sin caer nunca pero sin llegar jamás a la cima. Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore. Prefiero sentir. Prefiero una noche oscura y bella, sucia y hermosa, a un montón de días claros que no me digan nada. Prefiero una cadena a un bozal. Prefiero quedarme en la cama todo el día pensando en mi vida a levantarme para pensar en la de otros. Prefiero un gato a un perro. Porque el gato te araña, es infiel, te ignora, se escapa, pero sabes que, a pesar de todo, no podría vivir sin ti. En cambio, el perro es tonto, no sabe nada, te obedece hasta el absurdo. Prefiero las mujeres gato a las mujeres perro, por las mismas razones. Prefiero el mar a la montaña. La vida es una noche tumbado en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto, dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies, embriagado de todo. Y la noche, siempre la noche. Nunca a la luz del sol. La noche es mágica. Me hace vivir, no pensar. Me pone en movimiento. Rompe mis esquemas. Prefiero las noches frescas de verano, andar con poca ropa, sentarme en el suelo y meterme algo de vida en el cuerpo. La mañana me sabe a dolor de cabeza. Me da sueño. Me quita las ganas de hablar. Me recuerda que soy mortal. Me recuerda que soy normal. La noche me hace único. Prefiero el color de la sangre y el de la gris niebla que difumina las cosas. Si sabe que prefiero el frío cuero, ¿por qué se viste con el traje de terciopelo?. Se me escurre entre los dedos… Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre. Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta. Y, más que nada, prefiero la vida que dan sus besos de caramelo y la suave caricia de su piel caliente. Daniel Valdés (fragmento de “Báilame el agua” 1997)

-impotencia-

Se apodera de mí. La impotencia me carcome colapsando mis sentidos… ya no me deja pensar, ni dormir, ni siquiera me permite llorar …¿para que? La cagué y ahora no tengo con que limpiartme. Pero ya lo he hecho, y olvide pedir una maquina del tiempo a los reyes magos, así que ya no tiene solución… por lo menos no predecible. No solo le fallé a ella. A mi misma me traicioné, y a veces pienso que eso es lo que mas quema..me enllaga por dentro. Siempre luchando contra mi misma, siempre intentando superar a mi interior agitado, que nunca cesa de salpicar liquidos muy poco digestivos… con cautela, con mucho cacao… pero al final siempre han ganado mis ideales. Siempre vencedores de la batalla interior, siempre menos esta vez, en la que las pasiones han sido mas fuertes, y han deshecho por completo el castillo de arena dejando solo el foso que lo rodeaba… No hay salida. Me he auto sentenciado cerrándome cualquier clase de escapatoria… ni cobardemente podría huir ahora. No puedo buscar culpables, no esta vez. Ahora me toca asumir y seguir adelante…o quedarme en el intento. La única evasiva que me queda ahora es rezar… rezar para que me necesite. Para seguir necesitándola. Rezar para que no me quiten lo que soy… para que deje que me equivoque un millón de veces mas…pero a su lado… para volver a caer sabiendo siempre que me hará levantar… y que si yo ya no puedo, ella misma me recogerá…

domingo, 26 de abril de 2009

como un cigarro

Cual cigarrillo en mi boca se consumieron... Poco a poco. Inspirando despacio cada calada. Viendo como la ceniza crecía quemando el papel, haciendolo desaparecer para siempre… Reduciéndolo a diminutas virutas que hubieron de perderse en algún desagüe. Saboreando el sabor del tabaco en cada cigarro, Temiendo siempre que fuese el último. Siempre sin prisas. Disfutando de cada calada. Un cigarro no ha de fumarse apresuradamente. Ha de hacerse con elegancia. Primando la calma en todo momento. Pero se consumían antes de lo deseado. antes de lo calculado... A pesar de que las caladas fueron siempre pausadas. Mezcladas con las sensaciones que me producía el vicio. Tranquilas… Aunque hube desaprovechado algún cigarro por culpa de la locura. Que soy yo. Atolondradamente. Creyendo sentir absoluta necesidad, Creyendo depender de la nicotina en mis pulmones para seguir siendo yo. Pero yo seguiré siendo yo siempre… Mi cara no cambiará, Y mi espíritu seguirá volando libre… Se irá por los senderos del humo… Encandilado por el olor… No hará caso de nadie, Ni siquiera a mi misma me obedecerá… Solo seguirá el rastro que dejó el tabaco… Se guiará por el olfato… y por el amor… y por el dolor... y así, consumidos, quedaron mis primeros dieciocho años... reducídos a cenizas que ya solo sobrevivirán en mi recuerdo...

cientocincuenta palabras

Y en las ultimas ciento cincuenta palabras solo diremos que el mundo tiene mucho más jugo Del que nunca imaginamos. Dale al play… Hoy empieza nuestra vida Nuestros sentimientos casi ni nos tienen en cuenta, vuelan libres, ya no nos necesitan. Vivimos todo a la décima potencia. Descubrimos que las pasiones tienen mas fuerza que nosotras mismas, que las cosas que carecían de importancia ahora no nos dejan dormir. Descubrimos que las maravillas del mundo nunca fueron solo siete, pero todo está compensado, así que también descubrimos sus opuestos… y cada una de nosotras, en nuestra pequeñez nos creemos capaces de cambiarlo todo desde la silla del colegio, y de repente hasta ella se nos ha quedado pequeña… Imaginamos el mundo que vamos a crear, y seguimos sintiendo… nuestro interior es una pastilla efervescente, y no hay nada que podamos hacer ya…nuestros sentimientos se han apoderado de nosotras…y solo sabemos que la primera fase acaba aquí. Ahora hay que abrir otra nueva, en la que seremos peces en medio de un inmenso océano… y solo os pedimos una cosa, que por favor no nos soltéis de la mano… por que no todos los peces nacen sabiendo nadar, y porque incluso el mas hábil se puede ahogar…

sábado, 18 de abril de 2009

Y lloviendo.

Llueve. Las gotas de agua caen sobre la arena y sobre el mar, desapareciendo para siempre. Me hipnotizan. Su leguaje secreto me cautiva. Podría estar días enteros sin pensar en nada, con la mente en blanco, absorta en esas gotas de vida… Me encanta la lluvia. Me gusta oírla susurrar en mi oído. Me recuerda que también hay vida en el silencio, que hay que callar para poder escuchar su lenguaje mojado… o para poder escucharse a uno mismo. A veces lo olvido, pero ahí esta ella para recordármelo. Me canta despacio lo bueno de todo, lo malo, lo gris. Me embriaga de vida y recita los versos escondidos por la rutina. Me reencamina… No es tarde; solo déjate llevar por el sendero mojado… A veces pienso que solo llueve para mí. Y reconozco que me da un poco de miedo… quizás sea Dios que esta viendo que se me va de las manos. Quizás sea El quien mande a los ángeles llorar para mi rescate. Justo a tiempo. Como siempre… o tal vez llueva para que no pueda olvidarte. Es el fuego que aviva las ascuas que ya consumidas rozan su fin. De nuevo el detonante. De nuevo al rojo vivo. Ojala lloviese siempre. 365 días de recuerdos bajo la lluvia. En cada gota que cae, caes tú. Del cielo nublado bajas para fundirte conmigo cuando alcanzas el mar… no dejo de imaginarte cuando llueve y no deja de llover, a si que yo sigo aquí, queriéndote de repente… La lluvia sigue poniéndome los pelos de punta. Sigue empapándome de naturaleza. Las gotas resbalan por mi nariz. Son dulces. Y sigo sintiendo… Oigo la melodía de las gotas que caen y chocan entre ellas para ganar la batalla y fusionarse con el agua salada mientras me evado en ellas… el agua va consumiendo mi cuerpo y ya solo soy espíritu… Durante unos segundos toco el cielo. Esta húmedo. Pero bajo rápido. Me da miedo. Aun no estoy preparada. Aun no es mi sitio. Hay demasiadas cosas que me faltan por hacer aquí. Y ahora más que nunca… no podría dejarlo todo a medias. Solo hay una vida de mortal, o al menos eso he oído decir. Solo una vida… dios mio! No puedo perder el tiempo. He de darme prisa si quiero llegar a cualquier lugar. No va a ser fácil, pero no querría llegar si lo hago con las manos vacías. No quiero mirar hacia atrás y darme cuenta de que solo hay un millón de minutos perdidos. Momentos consumidos. Segundos malgastados… no quiero ver que el tiempo me ha ganado la partida, mi partida. Irme con una lista infinita en mi cajón de cosas por hacer no es mi sino… dios mio! Una vida es poco tiempo…

sábado, 28 de marzo de 2009

A LOS BORRACHOS DE AMOR.

Amad… Amad todo lo que podáis y más. Dejaos amar hasta que el vapor de pasión os salga por las orejas. Que nada importe más que vosotros dos, Enamorados del amor… Mirad solo vuestros ombligos. Recíprocamente. Reciamente. Amad sin riendas, Como perros rabiosos. No reflexionéis. No analicéis. No penséis. Solo amad. Volveos locos de amor. Lunaticos, Psicópatas enamorados. Si algo falla, arregladlo con amor, Y si sigue fallando, añadid más amor y pétalos de cactus. Pero amad desenfrenadamente. Hasta el agotamiento. Hasta el desfallecimiento. Hasta el abatimiento total. Amad intensamente al menos cien días de vuestras vidas. Al menos… Exprimíos hasta que no quede ni una sola gota de amor ni miel. Pero cuando os consumáis, Cuando haya pasado la fecha de caducidad, No os preocupéis, Tenéis un día y mil noches para llorar, Y el resto de la eternidad para recordar… Seudónima.

Y SENTIR QUE SIGO VIVA.

Quiero un anillo en el pie y una idea en la cabeza. Una tarta de cumpleaños. Ver "once" treinta veces seguidas. Un llanto inocente. Un suspiro. Un respiro… Un baúl de los recuerdos. Quiero un cartel de teatro. Una madre pianista y sus alargadas manos. Un segundo primer amor. Una muerte que me haga reflexionar. Despertar. Un desayuno en el jardín. Y unas gafas de culo de botella. Quiero un patio con naranjos. Nutella con picos. Una mancha en su camisa. Y niños, muchos niños. Olor a incienso. Café sin leche. A mi madre. Quiero un cigarro mentolado. Un pan recién hecho. Una sociedad idealista. Y un pintauñas de color negro. Unos vaqueros rajados. El eco de una habitación diáfana. El eco de nuestra habitación. Quiero una tarta de arándonos. Cientos de sueños y miles de soñadores. Una roca. Las callejuelas de algún pueblo toscano. Un atardecer ámbar. El beso de mi hermana recién salida del baño. Una notable nariz. Quiero un ventanal con visitas al Madrid nocturno. La sorpresa del roscon de reyes… Un bar familiar. Un dios. Mi dios. Un ramo de violetas. Quiero una caracola con el mar dentro. Una raya de ojos. Su pelo al despertar. Una guitarra rota Y un corazón recompuesto. Un colchón en el suelo. Un bahobab… Quiero un diario caótico. Una mueca burlona. Un pillo. La voz cascada de sabina. Unos pitillo. Y una mesita de noche con jazmines. Quiero frío. Mucho frío. Quiero vivir a doscientos por hora. Quiero un boli de los míos. Coger un avión y largarme a cualquier parte. Una amiga. Quince amigas. Quiero u fiesta sorpresa. Un camarero que me alegre el día. Un coche. Unas paletas separadas. Un 4 de febrero. Vivir en los años ochenta... Y soñar cuando tenga ochenta años… Quiero demasiadas cosas, Y sin embargo, podría quemarlo todo en la hoguera. De cualquier forma, Me vasta con tener los pelos de punta Y sentir que sigo viva…

EN SUS MANOS.

Poco a poco, Mas despacio… No hay prisa, Solo deseos. Pon música tranquila, Cierra los ojos Y déjate llevar por ellos. Por los deseos. Nos dejaremos llevar… Bailaremos al son de sus notas. Pero no bajo la lluvia… Bailaremos sin pensar. Bajo la nada. Bajo la espada. No te alejes de la pared. Dale al play. Pero no pises el freno, Ni siquiera pienses en pisarlo. Tú no decides nada aquí. Tampoco yo decido. Solo nos dejaremos llevar. Caminaremos por el sendero de jazmines turquesa, Por la vereda de las turquesas anarcisadas. Hasta donde ellos quieran, Hasta el final? Hasta lo fatal. Apocalíptico… No tengas miedo. Puede parecer vertiginoso, Pero estamos a salvo, O al menos eso espero… De todas formas No hay nada que hacer ya, Nos gobiernan. Manejados como títeres… Juegan con nosotros. Juegan a su antojo. Haced de mi cuanto deseéis titiriteros… Pero que sea a su lado. Por lo menos Por un tiempo… Sino infinito… Jugadnos a pares… De oca en oca… Si me escondo, Que se esconda, Si nos pillan, Nos pillaron… Con las manos en la masa… Con mis manos en sus manos… Seudónima.