lunes, 23 de noviembre de 2009

-la nada existencial-

Propongo jugar a la nada existencial. Sigue mis consejos. No; cumple mis órdenes tajantes a la voz de un si señor. No es una proposición, es un edicto vital. Sella tus ojos resecos con botón y ojal de la caja del infierno. Insonoriza tus oídos cautivos del eco. Amputa tus extremidades y arráncate las cuerdas bocales. Una a una. Lentamente. Sintiendo la tortura placentera que desgarra tu garganta. Abrasa tus papilas gustativas con café escaldado e ignora tu olfato también. ¿No sientes flotar en la nada del espacio y tiempo? Líbrate de las pasiones y despójate de todo cuanto has visto, oído y sentido. Deja que succione tus lágrimas salvajemente. Será como hacer el amor. Y olvida que alguna vez sonreíste. ¿Aun te duele la vida? Borra la silueta de la gente en plural, y en singular. Deshazte de la primera persona. Y olvida que fuiste animal fatal. Y ahora, una vez liberado de tu existencia, róbale sensaciones a lo infinito, y guárdalas en el tú utópico, para que cuando vuelvas a lo que fuiste antes de jugar con fuego, comiences la crónica sobre unos folios etéreos y sobrehumanos.

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