sábado, 3 de marzo de 2012

DE AMANECER EN AMANECER

Te odio con todo mi corazón
con toda mi alma te venero
nunca pedí cuerdas con nudos de marinero
y sin embargo,
te ahogaron las cadenas que eran de polvo.

De polvo
de pólvora color del miedo
de miedo tus miradas claroscuras
y de miedo también los dáctilos de tus dedos.

Fuera hace mucho frío
salgo en ropa interior por si discuten las estaciones
pero el invierno vence siempre
y la gente, sepultada en sus abrigos,
mira de reojo y se cierra los botones.
Y yo me quito más ropa.
Y me hago la osada.
Y sigo.

Me expongo al invierno
y me expongo a ti, abúlico.
Me expongo a la vida que ya no me coarta
y envido a los anhelos
que pronto se tornarán vigilia.

Me juego el hollejo por dos falacias
pero ni me importa, ni me exporta
amanezco gozosa todas las mañanas de febrero
Y reanudo la cuenta de intervalos sin ti.



Y entonces comienza el día,
Y ya no te pienso más hasta el siguiente amanecer.