lunes, 22 de octubre de 2012

De galaxias y verdades


DE VERDADES Y GALAXIAS

Que la verdad no es toda absoluta es precisamente una verdad conocida -que no aceptada-. Hay verdades absolutas, eso por descontado, y a estas se refiere Machado en sus versos (La Verdad es lo que es./ Y sigue siendo verdad / aunque se piense al revés / ¿Tu Verdad? No, la Verdad. / Y ven conmigo a buscarla./ La tuya, guárdatela. / La verdad es la verdad, / Dígala Agamenón o su porquero), pero estas pocas se rodean de millones de verdades configurando una galaxia donde cada astro es cierto e irrefutable al mismo tiempo, y cada quien tiene su verdad, ya sea Agamenón, su porquero o el propio Machado, y esta se cobija bajo la luz de su satélite -que es la verdad absoluta-.

La cuestión que nos concierne, que no se trata de absolutismo o relativismo, sino de pequeñas verdades englobadas en La Verdad, es precisamente este conjunto de verdades y su papel dentro del periodismo actual. Afinando este debate escribe el periodista Jorge Bustos en su columna de la revista Jot Down, Miedo y Asco en el Periodismo Contemporáneo, en la que no le tiembla el pulso al afirmar en boca del mismo William Faulkner que “ la mejor ficción es mucho más verdadera que cualquier tipo de periodismo”, y es que la verdad esta perdiendo su valor, precisamente porque la prensa absolutiza cada valor (G. Galdón, Desinformación, Métodos, Aspectos y Soluciones) valga la redundancia, y lo absolutizado lo presenta como verdad. ¡Cuidado amigos…! Que no nos impongan ideologías o intereses ajenos con caretas de verdades.

El interés es otro de los enemigos de la verdad, el interés en cualquiera de sus acepciones, ya sea la de la inclinación del ánimo hacia algo o alguien o la de provecho, utilidad y ganancia: el interés de otros y nuestro propio interés hacia cosas cada día más superfluas. El primero de los intereses hace que la agenda mediática se configure a merced de los poderosos, olvidando que el servicio de le debe a la sociedad, y no a quienes la moldean. Se disfrazan verdades y se imponen otras nuevas, y así el ciudadano, ingenuo y aletargado, se cree lo que la agenda le cuenta, como si la orden del día fuese un argumento justificado. El segundo interés es por tanto producto del primero.

Otra cuestión en absoluto baladí que está también directamente relacionada con la verdad, o en este caso con su omisión, es la superficialidad de los relatos periodísticos, o dicho por J. Bustos, “la gloriosa emancipación de la prosa del teletipo”.
A pesar de que ya hemos dicho que intentan imponer verdades, otras muchas son omitidas como consecuencia del periodismo de vanguardia: el objetivista. La información no cuenta verdades, solo hechos. Hechos que hasta un niño de 10 años podría contar. ¿Para qué entonces tantas carreras y tantos másteres si se narra igual que un niño de colegio?: incomprensible. Como escribe Galdón en su libro, “los relatos informativos ni atacan ni defienden”, simplemente no se mojan, y sin agua es imposible conocer la verdad, pero conocerla desde dentro, darla a luz como decía Sócrates, ya que esta, la propia y no la impuesta, es la única verdad.


viernes, 5 de octubre de 2012

INTERNALIZANDO

No hay sudor caliente
cayendo por el lacrimal
Pero lloro como en el Tantra
de miedo
y de frío
y de sueño del infante
que se avergüenza en octubre.

Acerco la primavera al calendario
y las nostalgias prematuras
me obligan a odiarte
desde ya,
antes.
Hace cien semestres.

Desde que te arrodillaste
te odio
Desde la montaña
Te odio
Desde la primera sábana
Desde la chapa gris marengo
Desde que se hizo de día
Desde que solo era de noche
Desde abril
Desde que te arrodillaste
te odio
Desde que te arrodillaste
Rodillas de un mundo al revés.