martes, 26 de enero de 2010

- DIVERSIÓN ENMASCARADA -

El invierno se desboca en mis latidos. Se camufla entre la nieve y el sol, haciendo lupa a mis sentidos, recordándome, entre copos de canela blanca, que la vida quiere jugarme a su sarna y antojo, con el único premio del destino abrumador… Me desea. La vida, codiciosa ladrona de almas, encaprichose un día con mi espíritu, que desde entonces camina vagabundo a merced de las estaciones, con el único espoleo del tiempo en un calendario sin catorces de febrero. Parece que el alba agoniza. Todo se vuelve más túrbido con la claridad del día. La nieve pincela las calles de este amotinado invierno. Las ánima empiezan a caminar por el monte de la rutina, olvidándose de que hasta el mas mínimo detalle puede tornar su día anormal. Olvidan, los transeúntes, la diversión enmascarada en el hábito… Yo lo descubrí un treinta y dos de diciembre. Desde entonces camino rompiendo esquemas. Observando la originalidad de las cosas más sencillas. En ellas está el secreto de la eternidad...

lunes, 18 de enero de 2010

-SUEÑOS SIN PERDICES-

Y cuando todo se acuesta, Sueño envuelta en los recuerdos que nunca llegaron a ser… Todo se vuelve completo, Analfabeto… Todo ocupa su lugar, Los ocupas me susurran al oído, Incitándome a jugar, Y yo, jugadora de sueños con sal, Me deshago entre las sábanas, Y comienzo a escribir por el punto y final… Aprieto rutinariamente el play, Con los ojos ciegos, Ebrios de frenesí, Retomando la historia por el capítulo En el que quisimos ser dos libertades felices, Sin sentido, Sin cordura, Sin perdices…

domingo, 17 de enero de 2010

-OTRA OPORTUNIDAD-

La vida esboza una tímida sonrisa Dejando ver en su tras luz Enmascaradas y eternas ilusiones, Dejando desnuda tu boca, Lejos de la mía, Y pisando los pasos que andamos hacia atrás Mientras creíamos ser libres del destino… La vida, Libre albedrío de finales clausurados, Sonríe cual madre sonríe a su hijo Cuando tropieza con sus piernas sin estrenar, A sabiendas de que era inevitable… Nos sonríe ella, Con una mueca pícara y anciana, Sabia y compungida a la vez, Con labios de ineludible, Y mirada de premio de consolación… Otra oportunidad, Otra oportunidad, Otra oportunidad… Y otra más… El canto de las sirenas marchitas Que no callan Ni dejan callar… El eterno vaivén de palabras malcuzadas, Que hurtan sueños e ilusiones, Y ciegan los ojos de aquellos que no se atreven a mirar…