miércoles, 2 de junio de 2010

-¿SABRÁS?-

¿Sabrás alguna vez
Que te canto sin cantarte,
Que te miro Sin tan siquiera mirarte,
Que te espero
Sin esperanza alguna de que un buen día regreses?

Garabateo páginas que llevan tu apodo,
Sabiendo, de mala fe, que se harán polvo
Antes de que las descifres.
Códigos internos que desvelan mi alma en papel.
Códigos mudos, mugrientos,
Que callan en celulosa todo lo que no alcancé a decir.
Te.

Que aun te sigo.
Que aun te aguardo sentada en un cántaro de barro
Que se balancea al son de mis pensares.
Y no se rompe,
Ni se mancha,
Ni nada.

Solo se mueve al vaivén de mis hojas de papel
Que ni siquiera ya escribo
Porque me falta la tinta
Que a mis sentidos
De rienda.
Suelta, encarcelada o hundida en la riqueza,
Rienda mendiga

Que pide limosna Por las esquinas
Y reza a todos lo dioses
Para que, hasta el día que mi alma muera,
Te piense sin control ni fin
Y me reproche hasta siempre
El haberte conocido
Cuando no estaba de dios.
Y el no haberte olvidado
Cuando dios,
Hace rato,
Me lo advirtió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario