domingo, 14 de marzo de 2010

-Tarde de domingo-

Café negro,

Y sonrisa blanca.

Pura como la nieve en verano.

Como las flores de mayo, dulzura.

Café negro,

Y sonrisa blanca.

Y algunas lágrimas de cocodrilo,

Sobre papel reciclado de rayas.

Que difuminan la tinta,

Que navega por sus venas.

Por sus gruesas y pronunciadas venas.

Café negro.

En una tarde de frío y sol.

Café casi negro.

Y ella,

Vagabunda entre miles de almas,

Sentada en la cama.

Reposa su cuerpo y su espíritu,

Mientras saca a pasear,

Los pájaros de su cabeza.

Levita en riguroso silencio.

Mientras grita

Sensaciones inacabadas,

Y pasiones postergadas

Que se mezclan con el vago aliño

De una tarde de domingo

Que regala luz en estado de supervivencia,

Y felicidad ficticia para los felices.

Feliz.

Era ella la felicidad

Encarnada en mujer.

Labios de fiera

Insaciables de vida

Con carmín para escapar

Del mal endémico disfrazado de rutina.

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